La resolución de problemas consta de cinco etapas que garantizan una
llegada correcta a la solución: Identificación del problema,
planteamiento de alternativas de solución, elección de una alternativa,
desarrollo de la solución y evaluación de la solución.
1. Identificación del problema
La identificación del problema es una fase muy importante de la
metodología pues de ella depende el desarrollo ulterior en busca de la
solución. Un problema bien delimitado es una gran ayuda para que el
proceso general avance bien; un problema mal definido provocara desvíos
conceptuales que serán difíciles de remediar posteriormente.
2. Planteamiento de alternativas de solución
Después de la definición del problema y del análisis de los datos de
entrada el proceso continúa con el análisis de las alternativas de
solución. Por lo general la solución de un problema puede alcanzarse por
distintas vías. Es útil tratar de plantear la mayor cantidad de
alternativas posibles de solución pues de esta forma las posibilidades
aumentan a favor de encontrar la vía correcta.
3. Elección de una alternativa
Después de tener todo el repertorio de alternativas es necesario pasar a
otra etapa: la elección de la mejor entre todas las posibilidades. Esta
fase es muy importante por que de la elección realizada depende del
avance final hasta la solución
4. Desarrollo de la solución
Después de decidir cual es la mejor alternativa de todas se llega a la
etapa de la solución. En esta fase, partir de los datos relacionados con
la alternativa seleccionada, se aplican las operaciones necesarias para
solucionar el problema.
5. Evaluación de la solución
Luego de haber desarrollado la solución queda aún una etapa, que es la
de evaluación, en los procesos industriales a este procedimiento se le
llama “control de calidad” y consiste en determinar que la solución
obtenida es lo que se esperaba conseguir comprobando que el resultado
sea correcto.
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